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Transforma tus deseos en Logros

La verdad es que establecer resoluciones de Año Nuevo nunca ha sido muy efectivo para mí. Al igual que millones de personas en todo el mundo, solía seguir la tradición de hacer listas de metas que aspiraba alcanzar en el próximo año. Aunque al principio esto me llenaba de motivación, con frecuencia terminaba el año sintiéndome desilusionada al no haber cumplido ni la mitad de lo que me propuse.

Esta experiencia me llevó a investigar qué dice la ciencia del comportamiento sobre cómo formular nuestras resoluciones de manera más efectiva. En este blog, quiero compartir algunas ideas que me resultaron particularmente interesantes y que creo que realmente pueden marcar la diferencia.

Imagina en quién quieres convertirte: Las resoluciones deben ser escalones que impulsen tu crecimiento personal. A menudo, nos enfocamos en resultados externos, como perder peso o ganar más dinero, sin pensar en los hábitos, comportamientos y perspectivas que sustentan esos objetivos. Este enfoque superficial puede llevar a frustración, ya que no aborda el cambio desde su raíz.

Define tu meta con claridad: Nuestro cerebro necesita una dirección clara. Evita resoluciones vagas o inalcanzables, como «ponerme en forma» o «comer mejor». Sin objetivos específicos, medibles y alcanzables, es difícil seguir el progreso y mantener la motivación a lo largo del tiempo.

Concéntrate en el proceso: Como dice el dicho, «es fácil hablar, difícil planificar y aún más complicado ejecutar.» Tener un plan detallado para alcanzar tu meta es fundamental. Muchos de nosotros no preparamos un plan claro ni anticipamos los obstáculos en el camino, lo que puede llevarnos a adoptar estrategias poco saludables o a sobrecargarnos con metas que generan estrés y agotamiento. Es crucial asegurarnos de que nuestro plan sea realista y equilibrado.

Desarrolla fuerza de voluntad y responsabilidad: Las resoluciones a menudo requieren una gran dosis de autodisciplina. Sin un sistema de apoyo y un sentido de responsabilidad compartida, es fácil perder la motivación y abandonar nuestras metas. Estar preparados para los desafíos que puedan surgir y buscar apoyo, ya sea compartiendo tus metas con un amigo o buscando orientación de un coach, puede marcar la diferencia entre el éxito y el abandono.

En resumen, aunque las resoluciones de Año Nuevo nos ofrecen un buen punto de partida, es esencial ser conscientes de los desafíos que conllevan. Entender estos obstáculos nos permite abordar nuestras metas de manera más reflexiva y realista, aumentando nuestras posibilidades de éxito. Recordemos que el camino hacia el logro personal es un viaje continuo, y la clave está en adaptarnos y crecer con cada paso que damos. ¡Que este nuevo año nos traiga no solo metas alcanzadas, sino también un crecimiento personal profundo y duradero!

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