Tu Salud Mental, una Prioridad, no una Opción

Si eres una de esas personas que creen que los problemas de salud mental solo afectan a individuos con trastornos mentales graves, como psicosis, esquizofrenia y demencia, entre otros, espero que este texto te ayude a reflexionar más sobre el estado de tu salud mental.

En primer lugar, es importante destacar que el valor intrínseco de la salud mental va mucho más allá de la mera ausencia de trastornos mentales. La salud mental abarca el bienestar psicológico, emocional y social, y sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos. Es un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico. Por eso, actualmente reconocemos el vínculo innegable entre nuestro bienestar físico y mental.

A lo largo de la vida, diversos factores, tanto individuales como sociales y estructurales, pueden influir directamente en nuestra salud mental, ya sea protegiéndola o debilitándola. Factores psicológicos y biológicos, como la genética y el abuso de alcohol y drogas, pueden aumentar la vulnerabilidad a problemas de salud mental. Además, la exposición a circunstancias adversas, como la pobreza, la violencia, las enfermedades, la degradación ambiental y la migración de poblaciones, también aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud mental.

Por otro lado, existen factores de protección a lo largo de la vida que aumentan la resiliencia. Estos incluyen habilidades emocionales y sociales, interacciones sociales positivas, educación de calidad, empleo digno, vecindarios seguros y cohesión social. Es importante destacar que, hasta el momento, ningún factor de riesgo o de protección ha demostrado tener una capacidad predictiva absoluta.

Es fundamental reconocer que el bienestar mental es un proceso complejo y variable que se experimenta de manera individual, lo que lo convierte en una experiencia única para cada persona. Esto da lugar a diversos resultados sociales y clínicos. Esto significa que inclusive en situaciones adversas podemos procurar desarrollar estrategias para mantener nuestra salud mental positiva.

Sin embargo, identificar ciertos aspectos clave de tu salud mental es un buen punto de partida para determinar si necesitás ayuda. Aquí te dejo algunas preguntas que pueden ayudar a despertar inquietudes y que debes empezar a considerar en tu salud mental:

• ¿Cómo te sientes en cuanto a tu bienestar emocional? ¿Puedes reconocer, expresar y regular tus emociones de manera saludable o generalmente te sientes deprimido, ansioso, impaciente o pierdes el control fácilmente?
• ¿Cómo van tus relaciones sociales? ¿Puedes mantener relaciones interpersonales saludables? ¿Recibes cariño y apoyo de amigos, familiares u otras personas de tu entorno social?
• ¿Cómo está tu autoestima? ¿Tienes una imagen positiva de ti mismo? ¿Te sientes valorado en el trabajo, por tu familia o en tu entorno social?
• ¿Puedes mantener tu autonomía en general? ¿Tienes la capacidad de tomar decisiones adecuadas en tu economía, alimentación y cuidado físico, en definitiva, de tomar las riendas de tu vida?
• ¿Tienes un equilibrio en tu vida? ¿Puedes gestionar tu tiempo de manera equilibrada entre el trabajo, el tiempo libre y tus responsabilidades personales?
• ¿Te consideras una persona resiliente? ¿Puedes desarrollar resiliencia y fortaleza mental en periodos de adversidad, estrés o traumas?
• En última instancia, ¿te sientes satisfecho con tu propósito de vida?

Descubre por ti mismo el verdadero valor de tu salud mental y determina si es necesario buscar apoyo o atención calificada. En la actualidad, existen estrategias efectivas y accesibles para promover y proteger la salud mental. Haz de tu salud mental una prioridad, no una opción, para llevar una vida satisfactoria y equilibrada.